La continuidad del universo literario no se detuvo al dejar de publicarse noticias. La sociedad continuó reproduciendo los mismos vicios problemas, una idea que torturaba a Mcnulty al final de The Wire y que ahora también amarga a los investigadores de Dorchester. Viven en el mismo mundo, pero más viejos. Kenzie y Gennaro han dejado atrás sus locos años noventa por los decadentes dos mil de la última crisis económica y social, durante la cual se publicó La última causa perdida en 2010.
«Hubo una época en la que éramos expertos en violencia. Pero esos tiempos ya quedaban muy atrás, y el retorno al fácil derramamiento de sangre nos empujaba a protegernos. El caparazón de Angie está hecho de rabia contenida y recelosa desconexión. El mío, de humor y sarcasmo»
Los nuevos tiempos de la pareja tienen el horizonte puesto en una vida lejos de la violencia y un presente propio de tiempos difíciles. Patrick «traga quina con trabajitos que no me gustan para una empresa que tampoco me vuelve loco». Angela cuida de su hija por el día y estudia un máster por la noche. Atrás quedaron la agencia y el despacho en el campanario, a donde acudieron Beatrice y Lionel Mcready a pedir ayuda para encontrar a su pequeña Amanda.
-Y de repente, caramba, va usted y la encuentra. Después de tantos meses. Y la devuelve a casa.-¿Y qué piensa?-¿Sobre lo que usted hizo?-Sí.-Que hizo lo correcto -sentenció.-Oh -casi sonreí, de pura gratitud.-Me miró a los ojos-Pero se equivocó.
Ahora Amanda ha vuelto a desaparecer. Pero ya no es una niña de cuatro años, ya es una adolescente de dieciséis años que se ha sabido mover bastante bien en la vida a la que Kenzie le devolvió, aunque está rodeada de problemas y termina evaporándose. Cuando Beatrice vuelve a pedir ayuda, Angela sugiere que es unanueva oportunidad para hacerlo bien y Patrick responde que no cree en la redención, pero termina aceptando porque aquel caso lleva pesándole doce años: su decisión unilateral de devolver la niña a su despreocupada madre le arrebató una vida a la criatura y le rompió el corazón a Angie.
Kenzie y Gennaro en su versión más crepuscular
El desarrollo de la investigación me ha interesado menos que el nuevo escenario de los detectives, y la vida de Amanda tantos años después de regresar a casa. Creo que el abierto alineamiento con las ideas de de Angie, que conduce a la pretensión de hacer las cosas bien ahora, matan buena parte de la intriga y el suspense porque sabemos por qué camino irá; tampoco los malos de turno son especialmente carismáticos. En el saldo a favor encontramos el gusto habitual de Lehane por las pequeñas historias de los personajes que van apareciendo, el reencontrarnos con la química de los dos detectives y el buen cierre que le da a la serie.
Título: La última causa perdida
Autor: Dennis Lehane
Editorial: RBA Serie negra
Año: 2010
Páginas: 320
Traductor: Ramón de España Renedo