Deuda de sangre, Michael Connelly
La introducción de Jack McEvoy fue un gran aporte al universo Harry Bosch. Michael Connelly consiguió sorprender notablemente cambiando a su detective habitual por un periodista de sucesos, al que otorgó referencias autobiográficas. Dos años después, el autor alumbró a Terry McCaleb, un agente del FBI con talento para los perfiles psicológicos de asesinos en serie y retirado por problemas de salud. El protagonista de Deuda de sangre comparte honestidad y empeño con Bosch, son también dos caras de una misma moneda. Bosch se motiva con la víctima, «o cuentan todos o no cuenta nadie». McCaleb con el criminal, «odiaba que alguien culpable saliera impune. Todavía lo odio».
Este nuevo afluente del universo no supone una gran diferencia respecto a la serie Bosch. Ya sea por la forma de trabajar tan parecida o por desarrollarse también en Los Ángeles. Pero a falta del dónde y el cómo, Connelly se renueva con un quién y un porqué. McCaleb utiliza palabras parecidas a las de McEvoy para presentarse, «buscaba el mal, era mi trabajo. Y yo era bueno en eso«, pero «a la larga el mal me superó, se llevó lo mejor de mí. Creo (no lo creo, lo sé) que eso acabó con mi corazón».Leer más »Deuda de sangre, Michael Connelly