Enric González está considerado como uno de los mejores periodistas del país. Comenzó en La Hoja del lunes con dos carajillos de ron y su primer cigarro. Con la mente puesta en que aquello sería una prueba para confirmar que prefería ser veterinario. Pero pasó a El Correu, luego a El Periódico de Catalunya y finalmente a El País, su consagración. Luego llegó el ERE y desembarcó en El mundo.
En un principio quería firmar con su nombre y dos apellidos, pero cuando estamparon Enric González sobre un obituario de Elvis –La insinuación de unas caderas– no dijo nada, y así se quedó. En Memorias líquidas -Jot Down Books-, publicado poco después del ERE que le sacó voluntariamente de El País, Enric recuerda su carrera con capítulos como las corresponsalías en Londres, París, Nueva York, Washington y Jerusalén. Aquí van 25 frases de Enric González de un libro totalmente recomendable.
- «El mejor lugar del mundo es el que está más lejos de los jefes»
- «Cada mesa de la redacción, según la doctrina Huertas, debía ser una trinchera de resistencia frente a la empresa y los demás poderes. La doctrina, de la que me declaro seguidor, considera que la legitimidad de un periódico radica en su redacción, no en los intereses de sus propietarios»
- «Una redacción necesita un continuo debate colectivo, sincero y todo lo bronco que haga falta»
- «Los buenos sueldos hacen a uno menos propensos a patearse las calles, más complaciente con el director y más comprensivo con el poder»
- «Lamento decirlo y socavar mis propios intereses (a mí tampoco me gusta ser pobre), pero creo que una cuenta raquítica en el banco y un poco de rabia en el estómago favorecen el mejor periodismo»
- «Me parece que un periodista ha de leer como si le fuera la vida en ello, porque le va la vida en ello»
- «La gratitud es la memoria del corazón»
- «Conviene tener muy presente que la prensa no lo puede todo. Su papel consiste en contar qué pasa y por qué pasa, nada más. La prensa no debe aspirar a cargarse a un político o una institución, porque no es lo suyo»
- «Cualquiera que haya trabajado en un periódico, especialmente uno importante e influyente, ha sentido la embriaguez de estar ahí, de navegar en un gran buque, de pertenecer a una tripulación excelente. Y ha confundido el medio, el periódico, con el fin»
- «El diario, en abstracto, podía proclamarse independiente. Casi todos lo hacen, casi todos mienten»
- «El País fue un lugar muy cómodo entre otoño de 1988 y otoño de 1989»
- «Las páginas económicas eran muy buenas. También eran problemáticas. La corrupción florece de forma casi natural cuando hay dinero»
- «El periodista contratado nunca ha sido independiente: depende de su sueldo y de sus jefes, que a su vez dependen de otros jefes, de los mayores anunciantes, de los intereses cororativos de la propiedad o de la vanidad caprichosa del dueño»
- «Los medios no tienen ideología, sino intereses»
- «No estuve en la Guerra del Golfo. Estuve en el Golfo Pérsico durante la guerra, pero no en la guerra. Muy pocos periodistas vieron combates en ese conflicto. Los enviados a la zona de quienes se hacían llamar Aliados permanecimos en la retaguardia de la vanguardia, una zona confortable y bastante segura donde muy de vez en cuando caía un misil iraquí»
- «Para mí un director es quien se pone del lado de sus redactores en los peores momentos»
- «Hay momentos en los que hace falta escuchar risas. Incluso si sean falsas. Ahuyentan la náusea. Espantan la muerte»
- «¿Recuerdan Casablanca, cuando el comisario cobra sus beneficios del casino y se declara escandalizado porque allí se juega? Los periodistas somos más cínicos e hipócritas cuando conviene»
- «No me gustaba nada que mi periódico me exigiera militancia. El hecho de que mi periódico me pagara por mi trabajo no implicaba, creía yo, que tuviera que darle la razón»
- «La propiedad de acciones acaba influyendo en lo que uno escribe»
- «Un corresponsal, acostumbrado a recibir órdenes e instrucciones apresuradas, se enriquece cuando al otro lado de la línea hay alguien que piensa distinto y dispone de un poco de tiempo para exponer sus argumentos»
- «Los trabajadores no debemos encariñarnos con las cabeceras porque pertenecen a las empresas, ,y estas no tienen sentimientos, solo intereses»
- «La crítica es un ejercicio arbitrario, y el crítico asume, por ello, una elevada responsabilidad personal. Por eso debe ser libre. Sin libertad no hay crítica ni crítico»
- «El poder miente, siempre. Y Cebrián, miembro del club Bildelberg, encarna el poder»
- «Un periodista debe desconfiar siempre, siempre, siempre de los que mandan, porque nunca, nunca, nunca dicen la verdad»
Foto: M. Graizer (JotDown)